En los últimos años el bricolaje y los hobbies se pusieron en auge. Justo a las redes sociales, millares de personas comenzaron a trabajar desde su jardín o su casa grabando su trabajo. Así es como el concepto DIY o «hazlo tú mismo» en inglés do it yourself comenzó a ganar adeptos y se transformó en una auténtica tendencia. La abreviación DIY hace referencia a cualquier trabajo decorativo o manualidad hecho por uno mismo.
¿Quién no disfruta de ver esa mesa recién terminada, la terraza renovada o ese huerto hogareño dando frutos?
Generalmente el término aplica al trabajo con nuestras propias manos, ayudándonos de algunas herramientas y con poca inversión de dinero para hacer de la casa un lugar salido de una revista.

Los 3 puntos aplicables a la decoración DIY
La tendencia de DIY se convirtió en una suerte de filosofía de vida. Las crisis económicas y laborales crearon un campo propicio para que surgieran hábitos de consumo responsables y el reciclaje de productos.
- Ahorrar
- Reparar
- Reciclar
Todo esto vino acompañado de una mirada del mundo que nos rodea a través de la ecología. La popularización de éste movimiento fue atravesada por la tecnología gracias al desarrollo de las Redes Sociales.
Todo puede ser un proyecto de DIY

Ya sea en nuestro pórtico, porche, patio, jardín, la casa o el garaje siempre hay algo que se puede hacer o mejorar. O simplemente reinventar cosas reciclando.
Sin embargo, DIY no se remite solo a la decoración y los arreglos del hogar, también hace referencia a confeccionar regalos y adornos nosotros mismos, o crear las decoraciones para fiestas y hasta ocuparse de los muebles.
Cada actividad, aunque sea la mínima como decorar jardines con piedras, necesitas de las herramientas y productos correctos para realizarla.